Comencé asesorando a mis hermanas, a mis amigas, desde lo más genuino, casi como un juego… acompañarlas a comprar ropa, maquillarlas, armarles looks; el tiempo libre se me pasaba en un hobbie que con el tiempo entendí, era mi pasión.
Sin teorías previas, percibía el poder que tiene la imagen: el dominio que tiene sobre nosotros mismos, como habla sin palabras sobre nuestra personalidad, y su influjo a la hora de comunicarnos con los demás.
Estudié, me recibí como asesora de imagen tanto de mujeres como de hombres, y deconstruí toda teoría aprendida para llevarla a la práctica y al ejercicio real.
Llevé adelante workshops grupales, algunos entre desconocidos, y otros entre amigos y familiares; asesoré a personas con un objetivo puntual, y asesoré a personas en su imagen integral; trabajé desde lo presencial y lo online; armé looks para eventos puntuales, analicé guardarropas y acompañe en rutas de compras inteligentes. En todas estas situaciones, cada persona necesito HERRAMIENTAS, TIEMPOS Y PLANES DE TRABAJO DISTINTOS.